Lisa Lange, Analista EOS especializada en bienes de consumo, servicios financieros y transporte, en Federated Hermes Limited
En este análisis examinamos el problema de los envases de plástico para alimentos y destacamos algunos resultados positivos de la implicación corporativa.
Los envases de plástico desempeñan un papel fundamental en el sistema alimentario mundial, ya que protegen los productos perecederos y prolongan la posibilidad de almacenamiento de los productos frescos. Sin embargo, esto está agravando el problema de la contaminación por plásticos, ya que los avances en la reducción de los residuos plásticos se deben principalmente al reciclado, más que a la eliminación del plástico de un solo uso. Las estimaciones publicadas por la ONG de acción por el clima WRAP muestran la gravedad de la situación actual: en todo el mundo se producen anualmente unos 141 millones de toneladas de envases de plástico, de los cuales alrededor de un tercio no es capturado por los sistemas de recogida, terminando como residuos plásticos en nuestro medio ambiente. La producción, el uso y la eliminación del plástico suponen unos 1.800 millones de toneladas de emisiones de carbono al año.
Qué esperamos de las empresas
Tras la publicación de nuestras Expectativas de los inversores ante los retos mundiales relacionados con los plásticos en 2020, hemos observado una mayor concienciación sobre los riesgos de la contaminación por plásticos en las empresas de nuestro programa de implicación (engagement), incluidos los minoristas y los productores de alimentos. Nuestra actividad de implicación ha puesto de relieve la importancia de considerar la contaminación por plástico en el contexto de las estrategias y modelos de negocio más amplios de las empresas, y de evaluar las consecuencias negativas imprevistas de las alternativas. Aunque acogemos con satisfacción la creciente concienciación de que los envases de plástico de un solo uso son un problema, en nuestro diálogo con las empresas también hacemos hincapié en que el ciclo de vida de las alternativas debe evaluarse como parte de una estrategia global de diseño de envases y productos.
Queremos que las empresas demuestren que han tenido en cuenta el impacto de sus estrategias de envasado en sus emisiones de carbono y las consecuencias imprevistas de cambiar de material o de diseño de los envases. Por ejemplo, el vidrio pesa aproximadamente el doble que la mayoría de los tipos de plástico, lo que supone una mayor huella de carbono derivada del transporte. El cambio a envases de papel y cartón puede suponer, a su vez, un riesgo de deforestación.
Evitar el desperdicio
A la hora de abordar el problema del desperdicio de alimentos, es fundamental tener en cuenta las consecuencias imprevistas de la sustitución del plástico. Se estima que un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo se desperdicia. Según el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021 del PNUMA, en 2019 se generaron alrededor de 931 millones de toneladas de desperdicio de alimentos en todo el mundo: el 61 % en los hogares, el 26 % en los servicios de alimentación y el 13 % en el comercio minorista. El informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) estima que la pérdida y el desperdicio de alimentos representaron entre el 8 y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global entre 2010 y 2016.
El packaging desempeña un papel clave en la reducción del desperdicio de alimentos y sus emisiones de gases de efecto invernadero asociadas, especialmente en el caso de artículos en los que el impacto medioambiental del alimento es elevado en relación con el envase. Sin embargo, un estudio reciente publicado por WRAP demostró que envolver frutas y verduras en envases de plástico de un solo uso no evitaba el desperdicio de alimentos, ya que obligaba a las personas a comprar alimentos en envases más grandes, que no siempre consumían. En opinión de WRAP, los factores clave que determinaban la cantidad de desperdicio alimentario tras la compra eran la posibilidad de que las personas compraran la cantidad adecuada de alimentos y la forma en que se almacenaban los productos.
En consecuencia, las empresas deben considerar las ventajas y desventajas de los distintos tipos de envases, o de prescindir de ellos en el caso de determinados alimentos. Si la vida útil se acorta debido a la reducción del empaquetado, esto debe abordarse mediante la introducción de cambios en la cadena de suministro de alimentos. Esto podría significar centrarse más en la producción local de alimentos, o proporcionar una experiencia diferente al consumidor, que le permita comprar sólo los alimentos que necesita.