Comentario de Ingrid Kukuljan, Head of Impact and Sustainable Investing en Federated Hermes
La crisis invisible se ha convertido en algo cotidiano, mostrando sus colmillos a través de incendios, sequías, inundaciones y está obligando a la sociedad, a los políticos, a las empresas y a los inversores a despertar ante el hecho de que estamos más allá del punto de inflexión. Hemos alterado ya el 75% de la superficie terrestre y el 66% del entorno marino solo para satisfacer nuestras necesidades energéticas. La población mundial alcanzará los 10.000 millones de habitantes en los próximos 20-30 años, lo que implica un aumento del 60% de la demanda de alimentos y de un 80% de la de energía. Estamos ya utilizando recursos que escasean, por lo que debemos centrarnos en detener e invertir la pérdida de biodiversidad mediante la conservación y la recuperación.
De cara al futuro, es probable que veamos un aumento continuo de riesgos físicos, lo que pone de relieve la urgencia de actuar. Las continuas sequías, inundaciones e incendios forestales tienen enormes repercusiones para la producción de alimentos y la seguridad hídrica. La alarmante situación debería ayudar a concienciarnos sobre nuestra dependencia de la naturaleza y de los servicios de los ecosistemas.
Esto debería traducirse en la implementación de políticas y normativas por parte de los gobiernos nacionales en una serie de ámbitos diferentes como la deforestación, la agricultura sostenible, los residuos y el agua. Nos gustaría ver una divulgación potencialmente obligatoria de los impactos y dependencias sobre la biodiversidad en todos los países, especialmente en aquellos ricos en biodiversidad como Australia. Brasil ya ha dado pasos adelante: en la COP27 de Egipto, el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva se comprometió a luchar contra la deforestación ilegal de la selva amazónica, una postura que adoptó durante su mandato entre 2003 y 2010.
Desde el punto de vista de la inversión, el borrador final del TNFD, que se publicará en el segundo semestre del año que viene, orientará sobre la biodiversidad. Aunque la elaboración de informes de alto nivel puede llevar algún tiempo, es un paso positivo para los inversores, ya que les ayudará a evaluar las empresas con mayor claridad. También esperamos que la biodiversidad sea un tema de compromiso clave que se aborde junto con el cambio climático. Al igual que con los compromisos de Finance for Diversity y de deforestación del FSDA, la colaboración continua de la industria será clave para resolver los retos actuales.