Tribuna de Iván Moya, coordinador de Transición Ecológica en la Asociación Española de Normalización (UNE)
Si en verano encadenábamos meses con récords de temperatura en nuestro país, con un incremento en el número de incendios y de olas de calor, la llegada del invierno traía en los últimos días un nuevo concepto a nuestra agenda: la ruptura del vórtice polar estratosférico. Un fenómeno meteorológico que podría provocar una gran ola de frío en el continente europeo, que nos hace recordar a la pasada filomena, pese a las perspectivas de que la temperatura media invernal siga subiendo.
Todos estos fenómenos no son más que una muestra de las consecuencias que está teniendo el cambio climático. Y no solo en España, sino en Europa y el resto del mundo. El calentamiento global es una realidad que está planteando unos retos que precisan de una actuación inmediata. No solo por su carácter global sino por la rapidez con la que estamos notando sus efectos.
Como hemos visto en la Cumbre del Clima celebrada en Egipto en el mes de noviembre es el momento de la implementación. Tenemos que pasar a la acción. En el marco de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una realidad que estamos viendo y que tenemos que tener muy clara es que nadie puede afrontar la crisis climática solo. Hay que tender puentes y establecer alianzas con todos aquellos que están siendo activos en este ámbito para poder ser efectivos, ya que juntos podemos tener un mayor impacto.
En una situación de incertidumbre, con una mayor desconfianza geopolítica, un incremento de costes en la energía y el aumento de la inflación, todos los países se han vuelto a sentar en la COP 27 en torno a una misma mesa para avanzar en un mismo rumbo como es la acción climática. Y en ese tablero las organizaciones tenemos la oportunidad de jugar un papel protagonista. Todavía hay empresas, especialmente Pymes y pequeñas empresas, y/o gobiernos locales que se están enfrentando a este reto y que no saben cómo dar los primeros pasos en esta línea.
Y aquí es donde podemos tender esa mano y los organismos de normalización adquirimos el compromiso, a través de la Declaración de Londres, de combatir el cambio climático mediante la elaboración estándares. En esta línea, desde la Asociación Española de Normalización, UNE, fieles a nuestro compromiso social de crear un mundo más sostenible llevamos años poniendo en marcha numerosas normas internacionales ISO enfocadas a la promoción de buenas prácticas en la gestión ambiental.
Uno de los principales focos ha sido la gestión de los gases efecto invernadero. Un cometido donde es imprescindible la medición, ya que lo que no se mide no puede progresar. Por ello, se han desarrollado estas normas que han servido como instrumento para cuantificar las emisiones que genera la actividad económica y los productos que consumimos o utilizamos, así como para adaptarnos a los efectos que este exceso de emisiones provoca.
Estas normas, aplicables para la actuación en el corto y medio plazo, se ven ahora complementadas por un nuevo instrumento enfocado en el largo plazo y que sirve como punto de inflexión de gran relevancia para alcanzar estos retos, ya que asegura un entendimiento común y supone un impulso para su aplicación homogénea: el nuevo estándar Directrices para el cero neto.
Publicado en el marco de la COP 27 por la Organización Internacional de Normalización (ISO), estas directrices contribuirán a que todos los actores y organizaciones puedan alcanzar el objetivo de cero emisiones. Cada vez son más los organismos que cuentan con políticas y estrategias sostenibles, pero que encuentran dificultades para hacerlas efectivas. Este nuevo documento, elaborado por más de 1.200 organizaciones y expertos de todo el mundo, incluye las recomendaciones para conseguirlo.
Esta publicación marca un hito histórico que pretende acercar a la comunidad internacional al cumplimiento de los compromisos climáticos y poner al mundo en la dirección correcta para que en el año 2050 hayamos logrado la neutralidad en carbono. Por ello, el tejido empresarial nacional tiene libre acceso a él traducida al español.
Como estamos viviendo, los impactos del cambio climático se están acelerando y se ha hecho fundamental este aumento de cooperación y buscar nuevas fórmulas para combatirlo. Lograr que la industria, y las administraciones públicas, utilicen ampliamente estas directrices permitirá que se puedan cumplir de forma eficaz los objetivos del Acuerdo de París que entraba en vigor en 2016.