Fran Benedito (ClimateTrade): «Qatar ha subestimado la huella de carbono del evento»

Entrevista a Fran Benedito, CEO de ClimateTrade

¿Qué significa la celebración de eventos deportivos para el medio ambiente?

Como la mayoría de las actividades humanas, la celebración de eventos deportivos tiene un impacto climático: estadios y otras infraestructuras son construídos con materiales contaminantes transportados de varias partes del mundo; se iluminan, calientan o esfrian con electricidad producida a partir de energías fósiles; y se llenan de aficionados que llegan a su destino de coche, autobús o incluso avión para las grandes celebraciones. Todo esto genera una huella de carbono considerable, que se debe abordar en la lucha contra el cambio climático.

¿Es compatible la celebración de grandes eventos deportivos como el Mundial de Qatar con la lucha por el cambio climático?

Si no se hace nada para reducir y mitigar su impacto, la respuesta es que no, no es compatible la celebración de grandes eventos deportivos con la lucha contra el cambio climático. Se estima que la Copa Mundial de Rusia 2018 emitió 2,16 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, ¡lo que equivale a más de 465 000 automóviles en las carreteras durante todo un año! Y el Mundial de Qatar alcanzará al menos 3,6 millones de toneladas, tomando en cuenta la construcción de las instalaciones del evento, los viajes de los aficionados hacia y desde los estadios, la energía utilizada para la iluminación, la calefacción, la refrigeración y la cocina durante el evento, así como las emisiones asociadas con la fabricación de mercancías.

Los organizadores del Mundial de Qatar han prometido la primera Copa del Mundo neutra en carbono, con medidas de mitigación que incluyen la construcción de un estadio reutilizable a partir de contenedores, la instalación de aire acondicionado proveniente de energía solar y el cultivo de árboles regados con aguas residuales tratadas para absorber las emisiones de CO2 de la atmósfera. Pero aún así, una investigación de Carbon Market Watch de octubre de 2022 pone en duda esta promesa, afirmando que Qatar ha subestimado la huella de carbono del evento.

Si queremos seguir disfrutando del deporte como actividad de entretenimiento, está claro que debemos hacer más para reducir su impacto.

¿Seguirá habiendo mundial de fútbol de aquí a 50 años, o será imposible celebrarlo por las temperaturas extremas que sufrirá el planeta?

El cambio climático está causando trastornos en todo el mundo, incluso en los deportes. Las olas de calor extremo pueden afectar la capacidad de rendimiento de los atletas, las lluvias torrenciales pueden inundar los estadios y la mala calidad del aire puede causar daños a la salud de los jugadores y aficionados.

Ya se tuvieron que tomar medidas excepcionales para permitir la celebración del Mundial de Fútbol en Qatar: organización del evento en el invierno por primera vez, partidos jugados en la noche para evitar el calor extremo, etc… Es muy probable que estos ajustes se vuelvan habituales en un mundo más caliente. Lo que esperamos es que la lucha contra el calentamiento global se acelere para limitarlo a 2ºC, para que sea posible seguir organizando eventos como el mundial de fútbol. Pero para eso, el propio sector del deporte tiene que activarse y tomar medidas ambiciosas para reducir su impacto ambiental. El fútbol es el deporte más popular del mundo, y tiene una capacidad única de unir a las personas: ¿por qué no utilizar este superpoder para acelerar la transición hacia una economía sostenible?